Las diversas
sustancias pueden presentarse en forma de solido, liquido o gases. Esta
manera de manifestarse se conoce como estado
de agregación, debido a que las características de cada uno de los estados
tienen relación con la forma en que están dispuestos los átomos o moléculas que
componen al cuerpo en estudio.
Estado
sólido.
Las sustancias de este
estado poseen forma y volumen propios. En algunos casos las partículas
constituyentes se disponen formando una especie de red cristalina donde las
fuerzas de atracción son muy fuertes. La energía cinética de las partículas en
los sólidos es pequeña, mientras que la energía potencial posee valor alto.
Estado
liquido.
Los líquidos, como podemos
observar a través de muchos ejemplos de
nuestra vida diaria, aunque poseen un volumen propio, adoptan la forma del
recipiente que los contiene. Son muy poco comprensibles, y las fuerzas que
existen entre sus moléculas o átomos explican el fenómeno de cohesión y por que
la mayor parte de ellos pueden formar gotas. La energía cinética de sus
partículas es aproximadamente igual a su energía potencial.
Estado
gaseoso.
Los gases no tienen forma ni
volumen definido, pero pueden llenar con cierta rapidez, por completo, el
recipiente que los contiene. Sus partículas, ya sean átomos o moléculas, viajan
a gran velocidad, chocando con frecuencia con las otras partículas y con las
paredes del recipiente, porque su energía cinética es muy alta comparada con su
energía potencial. Los gases pueden comprimirse en un grado relativamente
importante, y bajo ciertas condiciones de temperatura y presión, pueden pasar
al estado líquido.
Plasma.
Es el cuarto estado de la
materia, y de acuerdo con las investigaciones científicas el más abundante en
el universo, puesto que ocupa aproximadamente el 99% del mismo. Las estrellas,
nuestro sol y el polvo interestelar están formados por plasma.
El plasma se describe como
una especie de gas ionizado, en el cual las partículas subatómicas se mueven
casi con entera libertad. Lo podemos imaginar como un fluido tremendamente
lleno de energía, que puede generar cantidades inimaginables de ella. Las colisiones
frecuentes redundan en la creencia de elementos
a partir de sus partículas básicas.
A diferencia de los gases fríos,
como el aire a temperatura ambiente, el plasma es un excelente conductor de la
electricidad y también es frecuentemente influido por los campos magnéticos. De
hecho, como el plasma no puede ser contenido en ningún recipiente solido, los
científicos están experimentando con campos magnéticos muy poderosos para poder
confinarlo.
Los científicos afirman que
existe un plasma frio y un plasma caliente. El plasma frio se presenta a temperatura
del rango de 10000 K, mientras que el plasma caliente requiere de millones de
grados de temperatura.
En nuestro planeta podemos
observar algunas manifestaciones del plasma en el relámpago, en algunas
secciones de la llama y en los tubos fluorescentes, comúnmente conocidos como
¨tubos de neón¨.
El gas contenido en el
interior de los tubos fluorescentes es ionizado por la energía eléctrica que
circula una vez que se ha accionado el interruptor. Las partículas ionizadas
son aceleradas y colisionan con los átomos. En este proceso son arrancados electrones adicionales que ayudan a mantener
el plasma así creado.